Venid hasta el borde.
No, que caeremos.
Venid hasta el borde.
No, que caeremos.
Se acercaron al borde.
Los empujó, y volaron.

Guillaume Apollinaire

viernes, 4 de febrero de 2011

El poeta Marcos Ana

El poeta Marcos Ana entró en la cárcel con 20 años y salió con 40. Cuando salió a campo abierto se mareaba, los médicos le dijeron que sus ojos se habían acostumbrado a espacios cortos y con líneas verticales… Él quería estar en campo abierto.

Dice que allí en la cárcel aprendió a ser hombre, a ver y sentir la solidaridad de los compañeros, a escribir. Dice que fue una etapa de su vida en la que aprendió, de la que no reniega. Este hombre hoy tiene 91 años, yo lo escuché el año pasado, su voz en la radio parece de un hombre como de 40. Transmite fuerza y reposo, muy despierto, habla a un ritmo muy joven. Decía que tiene 90 de edad y 67 de vida.

Contaba que cuando estuvo en la cárcel, un oficial que le tenía rencor le hizo creer que le iban a fusilar al día siguiente y pasó una noche condenado a muerte. Dice que en esas condiciones se desarrollan percepciones o capacidades que en circunstancias normales no se tienen. Cuando entraba en la celda el oficial antes de pronunciar un nombre él ya sabía cuál iba a nombrar.


-sueño de libertad-

Si salgo un día a la vida
mi casa no tendrá llaves:
siempre abierta, como el mar,
el sol y el aire.

Que entren la noche y el día,
y la lluvia azul, la tarde,
el rojo pan de la aurora;
La luna, mi dulce amante.

Que la amistad no detenga
sus pasos en mis umbrales,
ni la golondrina el vuelo,
ni el amor sus labios. Nadie.

Mi casa y mi corazón
nunca cerrados: que pasen
los pájaros, los amigos,
el sol y el aire.

Marcos Ana

No hay comentarios: