Venid hasta el borde.
No, que caeremos.
Venid hasta el borde.
No, que caeremos.
Se acercaron al borde.
Los empujó, y volaron.

Guillaume Apollinaire

sábado, 19 de septiembre de 2009

Azul


Ha llegado un hilo a mis pies, un hilo de color azul turquesa brillante, lo cojo, lo estiro y continúa más allá de mi vista, está algo enredado, empiezo a hacer un ovillo con él, sigo y sigo, tengo ya casi una pelota y no se acaba... ¿desde dónde viene? ¿cómo es que estaba así desplegado y a la vez hecho un lío? apenas está sucio ni manchado de tierra, ni polvo, ni lo han pisado, parece. ¡Ahora!, ahora parece que se tensa y llego al punto en que ya no puedo tirar más de él ..., ¿tendré que ir yo a su encuentro? ¿o lo suelto? ¿hasta dónde habrá que ir? ¿que habrá en el otro extremo? ¿a qué o quién se sujetará?
Somos hilos conductores.