Venid hasta el borde.
No, que caeremos.
Venid hasta el borde.
No, que caeremos.
Se acercaron al borde.
Los empujó, y volaron.

Guillaume Apollinaire

miércoles, 21 de julio de 2010

Divagando

Después de muchos estudios pequeños, estos días estoy con dos lienzos grandes, uno está en ese punto que promete pero no es, debo seguir, correr el riesgo de echarlo a perder (como tantos otros), y comprobar si consigo el equilibrio que busco entre la fuerza y la luz en el color, ¿y la forma? la prefiero desdibujada pero me parece que tiene más fuerza si sugiere algo...No sé. Qué poco sé.

El otro, me estoy desesperando, no sé qué va a salir de ahí, es como si condujera un bólido con el que quiero sentir el vértigo de la velocidad pero no tengo la pericia suficiente para conducir a gran velocidad.

A veces soy casi feliz, sobre todo ahora en el verano, parece que todo es posible.

Otras veces me canso y me confundo, me paro y mi cabeza se monta en un tiovivo.

¿De dónde me surge este convencimiento de pintar?

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