Venid hasta el borde.
No, que caeremos.
Venid hasta el borde.
No, que caeremos.
Se acercaron al borde.
Los empujó, y volaron.

Guillaume Apollinaire

martes, 22 de enero de 2013

Amor al arte



“… A algunos expertos en arte o literatura rara vez deja de notárseles la ausencia de familiaridad inmediata y material con las obras que estudian. Será en parte porque creen que la investigación excluye el entusiasmo, y también por un prejuicio intelectual que valora lo abstracto por encima de lo concreto, y que en el fondo, y a veces en la superficie, concede mucha menor seriedad a las obras de arte o de literatura que a los discursos teóricos que se elaboran sobre ellas.
            También hay algo más triste, una sequedad de espíritu, una falta de amor, y hasta de curiosidad, que se disfrazan de suficiencia. No sé si se podrán estudiar las rocas o las bacterias o las partículas subatómicas sin una disposición entusiasta, sin la convicción de que vale la pena consagrar la vida a ese conocimiento, pero estoy bastante seguro de que si no hay entrega y fervor y voluntad de asombro cualquier aproximación a las artes es perfectamente estéril. Sin amar la literatura y sin disfrutar de ella difícilmente habrá descubrimientos valiosos, y menos todavía transmisión de las obras, esa militancia contagiosa de la que depende su supervivencia en el porvenir. Como en las artes la sensualidad de lo visible y lo tangible es mucho mayor que en la literatura, choca todavía más la aridez de mucho de lo que se dice o se especula sobre ellas. …”

Antonio Muñoz Molina  (EL PAÍS Babelia 12.01.13)

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