Venid hasta el borde.
No, que caeremos.
Venid hasta el borde.
No, que caeremos.
Se acercaron al borde.
Los empujó, y volaron.

Guillaume Apollinaire

miércoles, 2 de junio de 2010

El tren pasa

"Los trenes sólo pasan
cuando no se los espera, y nos sorprenden:
hay que agarrarse a los trenes con las uñas
cuando pasan por delante,
aunque te den la espalda,
hay que montarse en marcha
porque los trenes no paran,
eres tú el que estás parado
con la maleta cerrada."
Leopoldo Alas Mínguez (descendiente de Leopoldo Alas Clarín, nació en Arnedo (La Rioja), muere a los 45 años)

André Malraux no dejó nunca de considerar que algo en el arte trascendía la vicisitudes miserables de la vida de los hombres y aún de los pueblos, que en el arte cada uno de nosotros tenía la oportunidad de reconciliarse con su humanidad.

Un bebé de tres o cuatro meses sobrevive al tsunami porque fue arrastrado por las aguas encima de los escombros. Las circunstancias x,y,z,t,...se juntaron para salvarle.

Todos vamos a lomos de las circunstancias, unas las vemos y hay otras que no nos enteramos.

Si hacemos esfuerzos para que nuestra situación mejore es porque ha habido circunstancias o fuerzas del ¿caos? que nos impelen a esforzarnos. Podemos decidir no hacer nada, posiblemente sean de nuevo todas las circunstancias que han ido creando nuestro ser, las que nos lleven a esa decisión.

¿Da igual lo que pensemos o hagamos, al final sucederá lo que tenga que suceder? La naturaleza tiene sus leyes, nadie escapa a ellas, la propia tierra, los movimientos celestes, todos los seres vivos y no vivos,...

Es mejor llevarte bien con las circunstancias que dirigen tu vida, habrá que dejarse llevar y aceptarlas, como el bebé que los escombros le salvaron, otros lucharían con uñas y dientes y el agua al final se los tragó. No hay mucho más que hacer. Si acaso ser consciente, muy consciente de todo, para aprender... ¿aprender a qué? ¿a vivir? ¿a mejorarnos? ¿ésto también estará regido? ... no sé.

Las leyes que nos conducen ya están dispuestas. No hay mucho que hacer. Disfrutar de lo bueno que las circunstancias nos dejen elegir o nos lleven a experimentar y soportar con serenidad las inevitables.

Nuestro esfuerzo no va a cambiar las leyes de la naturaleza que rigen el universo desde que se fundó y comenzó a ser. ¿Por qué los humanos íbamos a escapar de esas leyes? No escapamos, somos su fruto seguramente, y en camino nos transformaremos en algo más, quizás. ¿Estará en esas leyes dispuesto que podamos descifrar esas mismas leyes? ...Lograríamos saber nuestro destino y ¿sólo así cambiarlo?... O incluso esta posibilidad estará también dispuesta.

"Cuando la mente* está despejada no es por azar. Cuando la mente es oscura, no es por causa del destino... No existen el azar ni el destino. Todo depende de la manera que uses tu mente. Cuando no estás libre de apegos, éstos acabarán convirtiéndose en las causas de lo que experimentes. Finalmente, la felicidad y la infelicidad dependen también de cómo uses tu mente." Maestra zen Daehaeng Sunim

*Mente: En este contexto, la mente no se refiere al cerebro ni al intelecto. Esta mente es intangible, invisible, está más allá del espacio y del tiempo, y no tiene principio ni fin. Es el origen de todo y todos hemos sido dotados de ella.

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