Venid hasta el borde.
No, que caeremos.
Venid hasta el borde.
No, que caeremos.
Se acercaron al borde.
Los empujó, y volaron.

Guillaume Apollinaire

viernes, 5 de septiembre de 2008

Estaba pensando

Sentir un gran amor..., cuando se vislumbra cerca me doy cuenta de que es algo muy raro de que ocurra pero enorme y de gran plenitud el sentirlo en momentos, lograr que eso se extienda en el tiempo es mucho más difícil, pero creo que es aquí donde realmente tenemos que dedicar toda nuestra sabiduría y esfuerzo porque es lo que suponemos nos va dar la buena energía para vivir, seguir trabajando y poder disfrutar de lo sencillo en la vida que también es lo más grande.

Este amor es tan raro y difícil que se dé porque son dos personas las que se deben encontrar y deben descubrir lo que tienen en común en el plano mental, intimidad emocional, sexual y espiritual, y además de ésto tienen la voluntad de asumir el compromiso de estar juntos, cuidarse y crecer juntos, para lo que también deben coincidir en un momento vital parecido o complementario.

Para descubrirse, a partir de ese primer chispazo o mirada de reconocimiento, que casi se da solo, la naturaleza ayuda, tiene que haber buena comunicación, desde dentro y desde una actitud de apertura, de humildad, libres de prejuicios, con generosidad para saber darse, entregarse a la otra persona, aceptando a cada paso la vulnerabilidad que se siente al principio cuando comienzas a sentir que dejas una parte del yo para ser un nosotros y sin exceso de apego al otro. Tener esta disposición no es fácil, con cierta sabiduría o madurez quizás se esté más cerca, depende de lo que hayamos observado y aprendido en los años anteriores. Así que lo que solemos conseguir y abundan son pseudoamores, ya lo decía Ortega y Gasset. Supongo que sirven para ir tirando.


Pues eso, estaba yo pensando...

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