Venid hasta el borde.
No, que caeremos.
Venid hasta el borde.
No, que caeremos.
Se acercaron al borde.
Los empujó, y volaron.

Guillaume Apollinaire

martes, 6 de septiembre de 2011

Latidos


Llegaron al destino,
cumplieron su misión,
entraron en el octavo día.

Desenmascararon sus logros,
sus fracasos, y los olvidaron.

Abandonaron la lucha en el escenario
y se zambulleron entre bambalinas.

Renunciaron a sus personajes
y quisieron saber qué había sin ellos,
se miraron de frente:
¿... … ?  
Acabaron yendo donde no sabían.

Ellos nos sostienen,
los vemos hoy transfigurados
en piedras, agua, polvo, lumbre, … aire.

Son libres, imperturbables,
con todo el valor, toda la entereza
y por entero.

Si estamos atentos y desnudos
sentimos el imperceptible zarandeo
de sus latidos que nos impulsan.


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