Venid hasta el borde.
No, que caeremos.
Venid hasta el borde.
No, que caeremos.
Se acercaron al borde.
Los empujó, y volaron.

Guillaume Apollinaire

martes, 13 de mayo de 2008

El abrazo sin brazos

“El hombre serio y la niña muda”

Un día, un hombre serio
se encontró una niña muda
entre las ruinas,
lloraba la pequeña pero él no sabía por qué,
no paraba de llorar.

Quería abrazarla para consolarla,
pero no se dejaba.

Caminaban de la mano
al paso de la niña.

Él serio y ella llorando.

Salieron de las ruinas, ahora en campo abierto,
él serio y la niña muda,
caminaban juntos.

Él quería ir más deprisa pero ella no podía,
la niña quería jugar pero él no sabía.

2 comentarios:

NUX dijo...

Pasado el tiempo el hombre y la niña volvieron a cruzar sus caminos. Ella caminaba deprisa y sus labios sonreían.El hombre la reconoció y aceleró su paso para acompasarlo al suyo.La silente niña amplió su sonrisa al reconocerlo y el lloró de emoción. La niña sabía porqué lloraba
y enseguida le tendió su mano.
Juntos apresuraron la marcha
y encontraron un rincón donde jugar.

Mercedes Blanco dijo...

Alguien me dijo: 'La niña muda además de ser muda es tuerta, y el hombre serio es además manco, y por si fuera poco les está lloviendo mucho, y granizo, pero pedruscos gordos, y encima no llevan paraguas, y lo que les queda todavía, 63,5 km aún por andar!...Madre mía!!!!...'

Y otro alguien añadió:
'Puede que la suerte se acerque a ellos y encuentren una soleada colina con una casita y una huertecita alrededor, y así, estando a gustito, la niña aprende a hablar, el hombre se ríe con sus gracias, pueden jugar, la niña se convierte en mujer, el hombre joven se hace adulto y maduro (ésto es muy importante) y descubren que aún siendo manco uno y tuerta la otra se pueden abrazar y algo más, ... y se hacen viejecitos juntos (por ejemplo).