Venid hasta el borde.
No, que caeremos.
Venid hasta el borde.
No, que caeremos.
Se acercaron al borde.
Los empujó, y volaron.

Guillaume Apollinaire

sábado, 5 de octubre de 2013

martes, 24 de septiembre de 2013

Polvo




Él todavía es
viento

Ha de ser ola y
luego, fuego

Modelarse en tierra

Y quizás para entonces
yo sea piedra
o polvo

mas polvo huracanado.


.

viernes, 13 de septiembre de 2013

'Ver'


“… Y el arte ‘propio’, para Joyce, tanto con respecto a la materia sensible como a lo inteligible, reside en la percepción estética desinteresada, en la aprehensión, en lo sentido, mientras que el arte ‘impropio’ es el que está al servicio de intereses distintos de la estética…, como puede ser la ética, la economía, la sociología o la política.

                Hay dos tipos de arte impropio: el que despierta el deseo del objeto representado y el que suscita la aversión o el miedo al objeto. Al arte que despierta el deseo, Joyce lo llama pornografía. En este sentido, todo el arte publicitario es pornográfico, ya que está destinado a promover en el espectador el deseo de poseer de alguna manera el objeto representado. El retrato es pornográfico si no expresa otra cosa que la similitud, si su objetivo es evocar en la mente la persona (o el animal) representado, en lugar de atraer la vista y el sentimiento hacia la pintura en sí misma, dentro de los límites del marco en que se presenta. De la misma manera, un paisaje que sólo sea de interés como anuncio o recuerdo de un determinado lugar, en vez de presentarse como una disposición estéticamente atractiva de la materia sensible que es su objeto dentro de los límites de la representación, es, a los ojos de Joyce, pornográfico. […]
 
            Al arte que suscita aversión o miedo, Joyce lo llama didáctico. La sátira, el retrato irónico o burlesco y la crítica social son didácticos y, por lo tanto, desde la perspectiva de Joyce, arte impropio. Tanto el arte fascista como el marxista son, desde luego, didácticos, deliberadamente; pero en Europa y también en Norteamérica, desde la época de Émile Zola (1840-1902), la didáctica sociopolítica ha empezado a considerarse en muchos ámbitos como la única justificación del arte, que de otro modo se tiene por ‘escapista’ o encerrado en su propia ‘torre de marfil’.

            Todo arte ‘impropio’, ya sea pornográfico o didáctico, mueve al espectador, o, al menos, se propone moverlo, a la acción, ya sea con una actitud de deseo o de miedo o repugnancia hacia el objeto. Lo acerca o lo aleja de él, por lo que Joyce lo califica de cinético (del griego kinetikos, de kinein, ‘mover’);  por el contrario el arte ‘propio’ es estático (en griego, statikos, ‘que genera quietud’).  Hablamos, por ejemplo, de un ‘arrebato’ o una ‘parálisis estética’; una situación que no induce a ningún tipo de movimiento, sino a una detención en la contemplación y el goce (estético). En palabras de Joyce: ‘La mente se detiene y se eleva por encima del deseo y la aversión’.

            Es esta elevación de la mente y, con ella, del ojo que contempla, por encima del deseo y la aversión, del deseo y del miedo, lo que asemeja a la vía del arte y al artista con el místico. Sin esa transformación que es a la vez de la conciencia y de la visión, no puede atravesarse el umbral al reino del arte. Las técnicas por sí solas no sólo son inútiles sino que pueden descarriar incluso al artista dotado de talento; así como, en la vía del misticismo, la adquisición de poderes psicofisiológicos impresionantes mediante el ejercicio del yoga puede llegar a ser causa de extravío del practicante. Lo advierten muchas leyendas indias, que hablan de demonios que a fuerza de su extrema perseverancia, alcanzaron a través del yoga tan extraordinarios poderes (siddhi), que pudieron incluso destronar a los dioses y adquirir el control del universo. […]  De manera parecida, el efecto que ha tenido sobre la mentalidad popular en el mundo actual el persistente didactismo sociopolítico de los medios de comunicación, en combinación con la publicidad pornográfica (a la manera de los dirigentes de la decadente Roma, cuando ofrecían a su población ‘pan y circo’, panen et circenses), ha sido desatar los Jinetes del Apocalipsis a escala planetaria en el siglo XX (Apocalipsis 6: 1-8). ¿Qué estallido del espíritu hará falta ahora para reducir a la nada al monstruo de mil cabezas que nos asuela?

            Ha de ser un estallido silencioso que, además, no generará su efecto sobre todos nosotros de una sola vez. De hecho, las condiciones para su aparición ya están dadas. …”

 

‘Las Extensiones interiores del espacio exterior’  JOSEPH CAMPBELL (Ed. Atalanta)

 

jueves, 29 de agosto de 2013

Vivir




Me quedé dormida unos segundos
y soñé vivir unos minutos.

Duermo unas horas
y vivo días.

Quiero dormir días enteros
para vivir…

Dormiré para siempre
Viviré por siempre

.
 

miércoles, 21 de agosto de 2013

Grieta

óleo s/lienzo (100 x 73 cms.)

martes, 13 de agosto de 2013

Sin título

óleo s/lienzo (130 x 97 cms)

martes, 6 de agosto de 2013

domingo, 4 de agosto de 2013

Planeta Tierra


 
El planeta Tierra
se ha perdido
en una galaxia
que llaman Vía Láctea.
 
Todos sus habitantes
andan aturdidos,
unos lo saben
otros no,
todos son granos de arena
en un desierto.
 
Algunos lanzan bengalas
a ver si alguien los rescata
pero nadie responde,
van pasando siglos, eones
(o quizás, sólo es un instante fugaz y eterno).
 
La locura está extendida
entre la población,
los pocos cuerdos
callan a riesgo
de que los tomen por locos.
Aunque, quién sabe
qué es cordura, qué es locura,



.

viernes, 2 de agosto de 2013

Searching for orange

 Acuarela (33 x 23 cms.)

Acuarela (33 x 23 cms.)

sábado, 13 de julio de 2013

El viento


 
436
 

El viento llamó con golpecitos,
como un hombre cansado.
Y, como una anfitriona, yo
contesté resuelta –Entra-.
Entró entonces en mi habitación.
 
Un veloz convidado, sin pies,
a quien ofrecer una silla
era tan imposible
como ofrecer un sofá al aire.
 
No tenía huesos que lo sostuvieran.
Su hablar era como la arremetida
de numerosos colibríes a la vez,
desde un fabuloso arbolillo.
 
Su apariencia, la de una ola.
Sus dedos, al pasar,
producían una música, como melodías
que salían trémulas de un cristal.
 
Hizo la visita, también revoloteando;
luego, como un hombre tímido,
dio de nuevo unos golpecitos, de forma presurosa;
y yo me quedé sola.
 

EMILY DICKINSON
(Traduccción de Enrique Goicolea)
 
 

domingo, 7 de julio de 2013

domingo, 9 de junio de 2013

No para de llover


 
No para de llover
 
Se acercan nubes
y más nubes
todas oscuras
todas grises
 
No para de llover
 
Ellas nos observan:
se empapan de
nuestros malos humos
nuestra negrura
 
No para de llover
 
Nuestras asfixiadas lágrimas
se hacen gigantes
y alcanzan las nubes,
ellas las acogen 
 
No para de llover
 
 
 
Acuarela (33 x 23 cm)

miércoles, 29 de mayo de 2013

Un modo sutil de conocer

 
La imagen del corazón –l’immágine del cuor- era una idea importante en la obra de Miguel Ángel, que estaba muy influido por la tradición platónica. Imaginar con el corazón hace referencia a un modo de percepción que atraviesa nombres y apariencias físicas hasta llegar a una imagen interior personificada, desde el corazón hasta el corazón. Cuando Miguel Ángel retrató a Lorenzo y Julián de Médicis en la sacristía de San Lorenzo, los rasgos que plasmó no eran naturales, no eran como aparecían en la realidad, sino que estaban transfigurados para que se ajustaran a la verdadera imagen de sus personas en el corazón. Mientras que el Renacimiento científico (Bacon y Galileo) insistía en la primacía de la percepción sensible, la immágine del cuor de Miguel Ángel implicaba que la percepción es secundaria a la imaginación. Al imaginar más allá de lo que ven los ojos, aunque a través de ellos, la imaginación concibe imágenes primordiales. Y éstas se presentan a sí mismas bajo formas personificadas.
Más cerca de nuestro tiempo, otro mediterráneo, Miguel de Unamuno, volvió a la relación entre corazón e imágenes personificadas y explicó la necesaria interdependencia del amor y la personificación:
 
“Para amarlo todo, para compadecerlo todo, humano y extrahumano, viviente y no viviente, es menester que lo sientas todo dentro de ti mismo, que lo personalices todo. Porque el amor personaliza todo cuanto ama, todo cuanto compadece. Sólo compadecemos, es decir, amamos, lo que nos es semejante, y en cuanto nos lo es, y en tanto más cuanto más se nos asemeja, y así crece nuestra compasión, y con ella nuestro amor a las cosas a medida que descubrimos las semejanzas que con nosotros tienen. (…) El amor personaliza cuanto ama. Sólo cabe enamorarse de una idea personalizándola.”
 
Y concluye diciendo: “El sentimiento del mundo, sobre el que se funda la comprensión de él, es necesariamente antropomórfico y mitopeico”. Amar es una forma de conocer, y, para conocer, el amor tiene que personificar. Personificar es, pues, una forma de conocer, especialmente aquello que es invisible y está oculto en el corazón.
Desde esta perspectiva, personificar no es un modo menor y primitivo de aprehender, sino uno más sutil. Constituye en la teoría psicológica el intento de darle corazón al método y de devolver los pensamientos abstractos y la materia muerta a su configuración humana. Dado que personificar es una epistemología del corazón, una manera intelectual de sentir, hacemos mal en considerarlo como un proceso mental arcaico e inferior, apto sólo para aquellos a quienes les está permitido el lenguaje emotivo y la lógica afectiva: niños, locos, poetas y primitivos. El método en psicología no debe poner obstáculos al amor, y somos unos insensatos al calificar de inferiores los medios que el amor mismo emplea para comprender.
 
 
'Re-imaginar la Psicología' JAMES HILLMAN (Ed. Siruela)
 
 

jueves, 23 de mayo de 2013

Bocetos

grafito s/papel (21 x 29 cms)

lápices de colores s/papel (21 x 29 cms)

grafito y lápices de colores s/papel (21 x 29 cms)