Pasabas cerca, te ibas, venías,
hasta que un día hace ya
te acercaste muy lentamente.
Te temía tanto
que huía cuando me buscabas
pero te miraba cuando te alejabas.
Estaba escrito
que me acompañarías
que te conocería.
Nunca te hubiera elegido,
nunca.
Me forzaste a través de estancias
que jamás hubiera pisado.
Dolía y quería abandonarte, no podía,
siempre acababa quedándome contigo
cuando otros querían que te dejara.
Me revolví, me escondí, me vencí.
Ahora veo que era necesario
transitar por donde me llevaste
y ver lo que se ve desde ahí.
Descubrí que eres la espalda
de quien más amo,
querías saber cuánto
podía arriesgar por ti,
así que me obligaste a ir por detrás.
He llegado,
estoy aquí, contigo,
puedes darte la vuelta.
.
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