Venid hasta el borde.
No, que caeremos.
Venid hasta el borde.
No, que caeremos.
Se acercaron al borde.
Los empujó, y volaron.
Guillaume Apollinaire
domingo, 27 de febrero de 2011
El travieso
Prisionera de ti.
¿Nací ya contigo?
¿no vas a irte?
¿tampoco vas a venir del todo, verdad?
Esto es una condena.
Tu ser y no ser.
Me anhelas, te acercas, me invades, te anhelo
y te vas… me engañas tanto…
Tus certeras flechas me alejan de ti,
te temo, me encoges... creo que me
me engatusas pero sigo creyéndote:
son tus brazos, que me invitan,
me rodean, me agarran, me alzan
y tus manos que tanto saben,
me incitan, me animan, me aprietan
tan cerca tan cerca
que podría fundirme en ti
y ser yo travieso también.
Afán vano. Fantasía.
No tienes brazos ni manos,
sólo flechas.
No te veo bien, ¿me seduces … o te burlas?
Casi me estallas de profundo sentir
cuando me dejas verte.
Me haces creer que estás un poco más allí,
y sigo yendo,
cada vez más cerca,
más serena
y menos prisionera tuya.
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